Fitoterapia

 




La fitoterapia es la ciencia que estudia el uso de las plantas medicinales y sus derivados con finalidad terapéutica, ya sea para prevenmir, para aliviar o para curar enfermedades. El uso de las plantas medicinales con fines curativos es una práctica que se ha utilizado desde tiempo inmemorial.

Las especies vegetales que suelen emplearse son de cualquier tipo, desde hojas a raíces, desde plantas herbáceas a árboles, desde especies marinas a terrestres. La fitoterapia reúne un número muy notable de remedios basados en la naturaleza vegetal de los mismos.

Usos de la fitoterapia 

La fitoterapia se usa en todo tipo de patologías. Su uso es de primera elección por su efectividad e inocuidad, como puede ser en la hipercolesterolemia, cefaleas, estrés, artrosis, problemas digestivos, patología respiratoria estacional, alergia medioambiental, etc. En otras patologías actúa como coadyuvante o complemento, como puede ser para mitigar y aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia en el cáncer o en las patologías degenerativas del sistema nervioso central.

Precisamente en la estación invernal hay un pico de uso de plantas que estimulan el sistema inmunitario, que activan la proliferación y la actividad de los linfocitos para prevenir una patología respiratoria infecciosa, tanto vírica como bacteriana.

Así pues, plantas como la equinacea, el pau d´arco, reishi o maitake son las que tiran de la farmacopea natural en el mes de diciembre.

¿Son seguras las plantas medicinales en su uso?

Absolutamente. Con el desarrollo de la química a principios de siglo pasado, la industria farmacéutica ahondó en los principios activos presentes en las plantas medicinales, sobre todo en sus extractos.

En la planta los principios activos se hallan siempre biológicamente equilibrados por sustancias complementarias, que van a potenciarse entre sí, de forma que en general no se acumulan en el organismo y sus efectos indeseables están limitados.

De todas maneras, hay que tener en cuenta que hay plantas tóxicas en uso pero por norma no están comercializadas. Es el uso de la digitalis purpurea, extremadamente tóxica y que su principio activo se usa para el tratamiento de las arritmias bajo estricto control médico.

No obstante, siempre es necesaria la prescripción de un médico que tiene el conocimiento sobre la patología y el efecto terapéutico de la planta medicinal

Probablemente no existe una fitoterapia única, pues las distintas culturas fundamentales han fundado diferentes saberes en esta materia (medicina china, medicina india, medicina greco-romana, medicina árabe, medicina egipcia,...) pero sí que se puede hablar de una terapia alternativa de medicina herbal que se nutre de puntos comunes de todas ellas y que ha sido objeto de interés y estudio también por parte de la medicina científica en aspectos muy concretos.

Los remedios de la fitoterapia

La fitoterapia aglutina una enorme cantidad de productos vegetales de muy diferentes propiedades. La forma de utilización de los diferentes remedios es principalmente en forma de soluciones líquidas o de comprimidos con extractos de la planta, aunque clásicamente se han empleado tradicionalmente en infusión muchas de las hierbas conocidas. También existen ungüentos, pomadas y lociones para la aplicación tópica de algunos preparados.

Aplicaciones de la fitoterapia

Se podría decir que no existe dolencia o enfermedad en la que no se proponga una mejoría o una solución con algún preparado fitoterápico. Las aplicaciones de la fitoterapia son innumerables pero en la práctica en los países occidentales se reducen a:

ciertos trastornos crónicos: depresión, ansiedad, hipertensión, diabetes, asma, alergias, artritis

males transitorios no graves: dermatitis, cefaleas, trastornos menstruales

alivio de síntomas concretos: tos, picores, astenia, dolor reumático, etc.


¿Es segura la fitoterapia?

Las plantas medicinales son muy distintas de las medicinas: es muy difícil que un remedio fitoterápico contenga cantidades importantes de una sola sustancia o principio activo. Así pues una planta a la que se le atribuyen cualidades terapéuticas -para aliviar el estrés por ejemplo- puede contener varias decenas o cientos de principios activos con cierta actividad ansiolítica, de muy variada fuerza o intensidad. Pero ninguna de esas sustancias por sí sola está presente en el preparado en cantidad mínima suficiente como para poder provocar una sobredosificación o exceso de efecto farmacológico de la sustancia concreta.

Esa es la seguridad de la fitoterapia, pero también su punto débil. Al haber varias sustancias con un efecto común, pueden actuar sinérgicamente, mejorando esa dolencia sin que existan problemas de toxicidad asociados al exceso de un principio activo. Pero, por otro lado, al ser de muy variada fuerza de acción y no estar el más eficaz de ellos en una cantidad apreciable, el efecto no suele ser nunca especialmente prominente.

Las hierbas medicinales constituyen un campo enormemente extenso de posibilidades terapéuticas, pero que requiere -al igual que cualquier otro campo terapéutico- un estudio adecuado y riguroso. La fitoterapia es un tipo de terapia que, por no estar del todo regulada y por no ser sustrato de trabajo profesional de la mayoría de los médicos se presta a un uso indiscriminado y autodirigido por parte de los pacientes, lo cual no es en absoluto recomendable.

 Al igual que con la farmacología, es aconsejable no automedicarse y consultar siempre a un profesional sanitario antes de consumir ninguna planta medicinal Por otro lado, la sinergia de múltiples principios activos parecidos bien puede sumarse también para generar un determinado efecto tóxico. El problema principal en sí reside en no saber bien qué puede resultar de la acción conjugada de tantas sustancias en una determinada planta y que no han sido científicamente estudiadas por separado.


Examinemos las plantas más importantes para la fitoterapia


El Harpagofito

Para el bienestar de las articulaciones

 

Originario del sur del continente africano, el harpagofito crece en estado salvaje, sobre todo en el desierto del Kalahari (Namibia, Botsuana). El sobrenombre de «garra del diablo» le viene de los ganchos curvados y acerados de sus frutos, que tienden a engancharse en el pelaje y las pezuñas de los antílopes.

El harpagofito se ha utilizado tradicionalmente para tratar afecciones articulares dolorosas leves y esguinces. Las propiedades benéficas del harpagofito se concentran en su raíz.

La Valeriana

La planta de las mil y una noches

 

La valeriana ya se usaba en la antigüedad por sus propiedades relajantes. Plinio el Viejo la menciona en su obra. Sin embargo, no será hasta el siglo XVI cuando se reconozcan las propiedades en las que se sustenta la reputación de la que goza hoy en día.

La valeriana  o «hierba de los gatos» concentra el grueso de sus propiedades en sus partes subterráneas: la raíz y el rizoma. Contribuye a recuperar la calma y el equilibrio, para hacer frente al estrés cotidiano y ayuda a dormir mejor.

 

La Vid roja

La planta de la circulación

 

La historia de la vid se confunde con la del hombre. Originaria de Asia Menor, esta planta se ha cultivado en Grecia desde el siglo XV a. C. Los griegos concedían una enorme importancia a la vid, ya que la consideraban el emblema de la civilización. Ellos fueron quienes introdujeron la vid en Francia, 600 años antes de nuestra era. Muchas regiones de Francia deben su riqueza actual a su producción de vino.

Las hojas de la vid roja favorecen la buena circulación y ayudan reducir la sensación de pesadez y fatiga en las piernas.

 

El Ginseng

La planta vigorizante por excelencia

 

En China y Corea se considera que el Panax ginseng, originario de Extremo Oriente, es la verdadera raíz de juventud. Se la denomina también «hierba real». Durante siglos estuvo exclusivamente reservada a la familia Imperial. El ginseng fue introducido en Europa en el siglo IX por un médico árabe, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando empezó a ganar popularidad.

Actualmente, el ginseng se utiliza por su acción tónica general sobre el rendimiento físico e intelectual. También se utiliza en estados de fatiga pasajera.

 

El Ginkgo

La planta de la memoria

 

El Ginkgo biloba es un árbol sagrado de Oriente que puede vivir durante miles de años. Se cree que, con sus 190 millones de años, es el árbol más antiguo que queda sobre la tierra. También se lo conoce como el «árbol de los cuarenta escudos». Sus hojas, en forma de abanico, son muy características.

El Ginkgo biloba cultivado en China, en Corea y en Japón, además de en el sudoeste de Francia, es conocido por sus propiedades antioxidantes y contribuye a mejorar la memoria y la concentración.

 

La Eschscholtzia

La planta del sueño reparador

 

La eschscholtzia, originaria de California, fue introducida en Europa por el botánico ruso J.F. ESCHOLTZ, en el siglo XIX, como planta ornamental. Esta planta pertenece a la misma familia que la amapola, las papaveráceas.

También conocida como amapola de California, la eschscholtzia es célebre por sus efectos beneficiosos sobre la calidad del sueño, especialmente porque favorece un sueño ininterrumpido. También es buen complemento de la Valeriana.

 

Rhodiole

La planta de la relajación

 

La Rhodiola o «raíz de oro» es una planta perenne que crece en los terrenos arenosos y secos de las pendientes rocosas y de los acantilados de las regiones frías de Asia, Siberia, Escandinavia y América del Norte. Tradicionalmente, se ha utilizado su rizoma, comestible y con olor a rosas.

La raíz de la Rhodiola rosea se recomienda para facilitar el descanso y ayudar al organismo a afrontar el estrés transitorio, favoreciendo la relajación.

 

La echinácea

Para afrontar el invierno

 

 

La echinácea era una planta familiar para los indios aborígenes de América del Norte. La utilizaban para tratar las mordeduras de serpiente y las heridas. Su raíz contiene numerosos principios activos con propiedades inmuno-estimulantes.

La echinácea se utiliza en el tratamiento del resfriado común. Su uso terapéutico está recomendado tanto en la prevención como en el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio superior.

 

La Alcachofa

Para una mejor digestión

 

La alcachofa proviene del cardo salvaje. Esta hermosa planta, de magnífico porte, con capítulos carnosos y hojas gruesas de un tono violáceo, es originaria del Norte de África. Normalmente consumimos sus deliciosas inflorescencias antes de su floración.

La hoja de la alcachofa se ha utilizado tradicionalmente para favorecer las funciones de eliminación del organismo y facilitar la digestión.

 

El Arándano Rojo

La planta de las vías urinarias

 

El arándano rojo, también llamado cranberry (o Vaccinium macrocarpon), es una planta con pequeñas bayas rojas, originaria de Norteamérica, que crece de forma natural en las turberas, en los bosques altos, en los suelos musgosos de las landas ricas en turba e incluso en los prados arenosos.



Fuentes: La Vanguardia, Revista hola, Arkofarma.


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